Uno de los análisis descriptivos más utilizados es el procedimiento de antecedentes, conducta, consecuentes (A-C-C) desarrollado por Bijou, Peterson y Ault (1968), para deducir la naturaleza del comportamiento problemático
Esta evaluación se basa en observaciones
directas del sujeto interactuando con su medio, las que se describen
objetivamente. De los datos obtenidos con esta evaluación se obtiene un cuadro
detallado de las situaciones que por lo general ocurren antes del
comportamiento problemático (antecedentes) y de las consecuencias que le
siguen.
Las observaciones de estos tres cambios
en el medio: Antecedentes-Conducta-Consecuencia, son la triple relación de
contingencia, piedra angular del análisis experimental y aplicado de la
conducta (Ribes, 1980). Este tipo de análisis fue uno de los primeros intentos
para entender la naturaleza tanto del comportamiento problemático como de los
comportamientos adecuados.
El análisis basado en la triple relación
de contingencia comienza con la observación de estos tres cambios
fundamentales:
a)
entre un estímulo previo, un cambio en el medio, en forma de objeto o
acontecimiento, que influye en el organismo, al cual denominaremos estímulo.
b) una conducta, un cambio en el
organismo que se traduce en alguna forma de comportamiento observable, al que
denominaremos respuesta o conducta
c)
y un estímulo consecuencia de dicha conducta, un nuevo cambio en el
medio, en forma de objeto o acontecimiento, efecto de dicha conducta, al que
llamaremos consecuencia (Ribes, 1980).
La observación de los cambios en la
triple relación de contingencia, permite la identificación de las relaciones
funcionales que se establecen entre la conducta y sus consecuencias, la
información obtenida, por esta descripción funcional, facilitan el desarrollo
de métodos eficaces de intervención, orientados a la modificación del
comportamiento. Esto es, el diseño del tratamiento se logra por la identificación
de las relaciones funcionales que se establecen entre la conducta y sus
consecuencias, que es el método más eficaz para reducir o eliminar los
problemas de comportamiento (Carr & Durand, 1985).
La evaluación a partir de la triple
relación de contingencias, permite examinar las relaciones temporales entre
eventos ambientales y el comportamiento problemático, permitiéndole al
terapeuta hacer hipótesis sobre el propósito o función del comportamiento en
cuestión.
En resumen, con la introducción de la
evaluación basada en la triple relación de contingencia, que caracteriza al
Análisis Conductual Aplicado, Bijou y col. (1968) hicieron uno de los primeros
métodos sistemáticos de evaluación, aunque de naturaleza descriptiva y no
controlada, aportando una base empírica para estudiar las condiciones bajo las
cuales el comportamiento problemático tiene mayor probabilidad de ocurrir,
identificando la funciones de dicho comportamiento (Casey, S. D., Lopez, J. C.,
Wacker D. P. 2004). Bijou, Peterson,
Harris, Alien y Johnston (1969) describieron los pasos a seguir para realizar
este tipo de evaluación:
a) especificar la situación bajo la cual
se realizará la observación; situación que puede involucrar tanto los aspectos
físicos como los sociales del contexto donde se conducirá el estudio,
b) definir las conductas que deberán ser
observadas y basar la observación sobre una medición de frecuencia de esas
instancias de conductas. Por ejemplo, se pueden emplear listas de categorías
conductuales ya sean amplias o restringidas en relación con el fenómeno que les
atañe directamente.
c) registrar las instancias de conductas
a través de algún tipo de sistema que permita obtener toda la información
relevante. Algunos de estos sistemas podrían involucrar equipos especiales de
video grabación o sonido.
d) obtener la confiabilidad sobre los
datos obtenidos, con la finalidad de especificar posibles problemas de
registro, de definición y en última instancia, de validez de los datos.
Precisamente por ello, la metodología desarrollada
a partir del análisis conductual aplicado ha permitido integrar los estudios
descriptivos con los experimentales. Esto se logra debido a los siguientes
supuestos: este método se ha diseñado principalmente con el propósito de
recabar información sobre las características estructurales de la conducta y
del contexto donde ocurre. También se ha usado para hacer inferencias sobre las
contingencias que mantienen la conducta y diseñar procedimientos de
intervención.
Mediante la evaluación descriptiva, se
puede identificar las propiedades funcionales de los problemas de conducta, y
desarrollar intervenciones para eliminar, modificar o debilitar las
contingencias de reforzamiento que mantiene la ocurrencia de los problemas de
conducta.
Por Psic. Gerardo González Guadarrama.
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