Ferster (1966) propuso formas alternativas de diagnóstico, derivadas de un análisis funcional de las variables que afectan y controlan en un momento dado la conducta de un individuo. Al entender algunos de los procesos que generan nuevos comportamientos, podemos diseñar procedimientos para alterar los repertorios conductuales deficientes, mediante la manipulación de las causas medioambientales de dichas conductas.
El análisis funcional es el procedimiento que permite identificar,
describir y explicar de la relación (es decir, las relaciones funcionales)
entre la conducta y sus antecedentes. Nos permite identificar las relaciones
funcionales que determinan el comportamiento adecuado o inadecuado de una
persona.
El análisis funcional consiste en la identificación de relaciones
funcionales, causales y no causales, importantes y controlables, aplicables a
determinadas conductas de un individuo (Haynes y O’Brien, l990, 2000).
El análisis funcional se refiere a la manipulación sistemática de una
variable independiente (p.ej., el efecto de la atención de sus compañeros o la
presencia de diferentes profesores sobre las conductas agresivas en el aula) y
la observación de sus efectos en la conducta controlada, la investigación
experimental de un individuo aislado (p.ej., la replicación con diseños ABAB
donde A = observación básica, y B = condición de intervención).
Su objetivo principal es organizar y decidir los criterios clínicos,
tales como seleccionar los mejores objetivos del tratamiento y la evaluación de
los efectos de ese tratamiento.
Hay varios aspectos del análisis funcional particularmente importante en
clínica:
1. El análisis funcional hace hincapié en las relaciones funcionales
entre los problemas y sus variables causales en cada cliente individual (en
lugar de en grupos de clientes con el mismo problema).
2. El análisis funcional destaca los problemas de conducta, las
variables causales y las relaciones funcionales importantes. Por eso se centra
en problemas de conducta identificados por el cliente o por el clínico como los
más socialmente significativos, así como sobre las variables causales que están
más fuertemente relacionadas con dichos problemas.
3. El análisis funcional enfatiza las variables causales y las
relaciones causales modificables. Muchas variables causales importantes
influyen profundamente sobre un problema pero no son modificables.
De forma semejante, las relaciones funcionales pueden estimarse a través
de manipulación experimental, estrategias de evaluación de series temporales
multivariadas (v.gr., midiendo repetidamente múltiples variables y examinando
sus correlaciones a lo largo del tiempo), registros ambulatorios (v.gr.,
midiendo la actividad
La evaluación funcional contiene los siguientes pasos generales: a)
verificación de la seriedad del problema, b) definición del problema en
términos operacionales, e) recolección de información sobre las posibles causas
del comportamiento, d) análisis de la información en términos de patrones de
estímulo-comportamiento, y e) formulación y verificación de una hipótesis
(i.e., una posible explicación) sobre la función del comportamiento con el
respectivo tratamiento (Fitzsimmons, 1998).
El análisis funcional es un
método para identificar las variables que predicen y mantienen de manera fiable
el comportamiento problemático. Las variables consisten en consecuencias (es
decir, el propósito, la intención, la función, la motivación o la meta del
comportamiento, con todos estos términos en gran parte sinónimo). Antecedentes
o estímulos discriminatorios (es decir, las señales que desencadenan el
comportamiento). Y establecer eventos (es decir, el contexto amplio que influye
en la probabilidad de que una señal específica desencadene un comportamiento
problemático).
Por Psic. Gerardo González Guadarrama
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