miércoles, 6 de diciembre de 2017

Evaluación conductual


Antes que nada es importante señalar que es el aprendizaje (el establecimiento y el mantenimiento de conductas nuevas) un concepto clave para entender las conductas llamadas inadecuadas. La ausencia de repertorios conductuales o la presencia de repertorios inadaptativos se explican, no apelando a una deficiencia hipotética ni a un impedimento orgánico, sino considerando que, dadas ciertas condiciones extraordinarias biológicas, físicas o sociales, el individuo no ha aprendido aquello que la comunidad requiere de todos sus miembros para vivir en sociedad (Galindo, E., Galguera, M. I., et al, 1980).
Por lo que se afirma que una conducta problema es una clase de respuestas que, tomando en cuenta su frecuencia, intensidad, duración y desviación de los estándares socialmente aceptados, tiene consecuencias desfavorables tanto para el propio sujeto como para quienes lo rodean (Pineda Flores L. A, López Reséndiz M. A, Torres Gutiérrez N. Romano H. 1987).
Por lo tanto, las conductas problema son formas en que el organismo actúa con respecto a su medio, y el calificativo de “problema” un criterio socialmente impuesto, en la medida en que el individuo que presenta dichas conductas no se ajusta a los criterios de su grupo de referencia o estas conductas alteran el funcionamiento “normal” del sujeto.
Se han empleado varios procedimientos de evaluación para identificar los eventos que tienen influencia sobre el comportamiento inadecuado (Bijou, Peterson & Ault, 1968, Cataldo, Bessman, Parker, Pearson y Rogers, 1979, Epstein, Parker, McCoy y McGee, 1976, Strain & Ezzelle, 1978, Touchette, MacDonald y Langer, 1985).  Estos procedimientos van desde evaluaciones descriptivas hasta análisis experimentales, siendo la principal distinción entre ellas, el control de las variables.

Tales procedimientos se han agrupado en tres grupos: análisis funcional (Carr y Durand, 1985; Day et al., 1988; Iwata, Dorsey, Slifer, Bauman y Richman, 1982), descriptivo (Bijou, Peterson, & Ault, 1968, Touchette et al., 1985), y le Análisis Funcional Experimental Basado en Ensayos Discretos (Mace & Lalli, 1991).

Por Psic. Gerardo González Guadarrama

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