El comportamiento coercitivo se caracteriza por la manipulación
de la conducta por medio de la presentación contingente de eventos aversivos,
los que se retiran cuando la conducta de otros toma la dirección apropiada.
Así, los problemas de coerción deben analizarse como conjuntos
de variables vinculadas en configuraciones complejas.
En el medio escolar los procesos coercitivos presentan posibilidades
de consolidación y continuidad, pero también pueden disminuir en tasa y cambiar
en contenido. En diversas escuelas se llega a presentar una menor cantidad de
incidencia de actos agresivos cuando los estilos disciplinarios, los de
enseñanza y las redes de pares fomentan mayor disposición al trabajo académico
y a las relaciones prosociales.
También se señala que menos de un cinco por ciento del
comportamiento cotidiano es de tipo coercitivo, por lo que aquellos niños que
exhiben un porcentaje mayor pueden ser identificados confiablemente como niños
en riesgo, evidencia confirmada por diversos estudios.
Patterson, R. G. (1979). A performance theory for coercitive family
interaction. En R. B. Cairns (Ed.), The analysis of social interactions:
Methods, issues and illustrations (pp. 119-162).
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