Como un medio para distinguir entre formas de comportamiento restringido y repetitivo que varían en complejidad topográfica, Turner (1999) sugirió subdividir el comportamiento restringido y repetitivo en clases de nivel superior e inferior.
La clase de conducta de comportamiento restringido y
repetitivo de nivel superior incluye un comportamiento complejo, como intereses
circunscritos (por ejemplo, preocupación por los números de serie de la
electrónica), rutinas rígidas e invariantes (por ejemplo, vestirse, comer o
jugar con un patrón particular) y organizar y ordenar (por ejemplo, alinear las
cosas en patrones o filas).
La clase de conducta de comportamiento restringido y
repetitivo de nivel inferior incluye formas menos complejas de estereotipia,
como movimientos repetitivos (p. ej., batir de manos) y manipulación repetitiva
de objetos (p. ej., girar un objeto).
Se han propuesto varias hipótesis en cuanto a la función
del comportamiento restringido y repetitivo de nivel superior. Por ejemplo, se
ha dicho que este tipo de comportamiento es evidencia de una "necesidad de
igualdad" o una falta inherente de flexibilidad conductual, sin embargo,
pocos estudios han buscado comprender las variables ambientales que contribuyen
a esta aparente necesidad de uniformidad o falta de flexibilidad conductual.
Además, aunque los individuos con un trastorno del espectro autista se
describen comúnmente como involucrados en ambas clases de comportamiento
restringido y repetitivo, no localiza ningún estudio en la literatura sobre
autismo que buscara tratar formas problemáticas de comportamiento restringido y
repetitivo de alto nivel.
Rodríguez, NM, Thompson, RH, Schlichenmeyer, K. y Stocco,
CS (2012). Análisis funcional y tratamiento del ordenamiento y ordenamiento por
personas con un trastorno del espectro autista. Revista de análisis de
comportamiento aplicado, 45 (1), 1–22. https://doi.org/10.1901/jaba.2012.45-1
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